Hace diez años, Daniel Zamudio falleció después de ser atacado semanas antes en el Parque San Borja (actualmente Parque Zamudio) por un grupo de cuatro neonazis que lo torturaron, lo quemaron y le dibujaron esvasticas en su cuerpo con vidrios, por ser gay y visible. Fue recién después de este horrible crimen de odio que se aceleró la tramitación de la ley Antidiscriminación, apodada también Ley Zamudio.
Diez años después, las disidencias, marikas, lesbianas, trans y travestis aún no caminamos las calles con seguridad. La Ley Zamudio no da respuesta a nuestra necesidad urgente de vida y sobrevida es muy difícil de aplicar, al ser difícil de comprobar intención discriminatoria. De hecho, en el caso de Nicole Saavedra, asesinada por ser lesbiana, camiona y visible, se rechazó la aplicación de agravante por odio. Además, es una ley que no previene nada, solo viene en acción cuando nuestros cuerpos ya han corrido el peligro que conocemos todos los días.
Recordamos con pena y rabia la muerte de Daniel, y de todas las otras disidencias que han muerto a manos del cisheteropatriarcado y sus agentes. La lucha por nuestras vidas, por espacios seguros y autónomos feministas y disidentes, por nuestra legítima autodefensa, por el fin del patriarcado, es más urgente que nunca.
¡Revuelta disidente contra el cis-tema!
¡Hacia un feminismo disidente, de clase y combativo!
★ Liberación ★
27 de Marzo , 2022
