Frente a la pantomima socialdemócrata: ¡autonomía, organización popular y combatividad!

La socialdemocracia y el socioliberalismo, como “alas izquierdas” de la burguesía, tienen un rango de maniobrabilidad bastante acotado. A pesar de sus pretensiones “sociales”, difícilmente pueden cambiar la situación material en la que vive el pueblo trabajador con todos los sectores o estratos de clase que lo componen.

El siglo XX y las últimas dos décadas nos han brindado una serie de ejemplos de proyectos y gobiernos que van desde socialdemócratas hasta reformistas que, independiente de qué tan radicales aparenten ser en un determinado momento, no han avanzado en direcciones de la emancipación de los pueblos concretamente. Cerca tenemos los llamados kirshnerismo, correísmo, chavismo y las experiencias “progresistas” en Brasil, Uruguay, Bolivia, con todos sus matices y divergencias.

Hay un sinfín de razones por las cuales esto sucede, podemos mencionar que defienden sus intereses de clases, por lo que, avanzar en un cambio profundo de las relaciones sociales es inconcebible, sus acuerdos con otros grupos burgueses que obstaculiza todo tipo de medida parche y la hace todavía más superficial, como también el hecho de que las clases oprimidas son quienes se emancipan por sí mismas, por lo tanto, nadie más que el propio pueblo trabajador es capaz de tomar las riendas de la historia de forma autoconsciente.

En este marco, queremos dejar en evidencia que, frente a su impotencia para impulsar transformaciones reales y significativas, siempre maquillarán sus medidas, presentándolas como estéticamente rupturista, pero es algo únicamente simbólico y superficial. En el mejor de los casos, “bonito, pero inútil”; realistamente, descarado y nocivo. Este es el signo de la entrada del gobierno de Boric y Apruebo Dignidad.

Uno de los puntos neurálgicos dentro de las luchas de clases y sociales al interior del territorio, es la lucha del movimiento mapuche autonomista, el cual no da cuartel a los intentos de cooptación y desmovilización del gobierno. Frente a esta situación, el gobierno vuelve a traer la estrategia de la zanahoria y el garrote: invitar a participar del diálogo en desigualdad de condiciones, incluso ser integrado dentro del aparato institucional y de no resultar, opta por la vieja y confiable represión contrainsurgente. Acá nunca hubo una intención de brindar paz, en ese caso la primera acción hubiese sido el retirar las tropas de ocupación en Wallmapu. Es más, como dijo la Ministra del Interior, “no hay nada escrito en piedra” y no está descartada, siquiera, la continuidad del Estado de Excepción.

La acción de autodefensa ante la visita de la ministra Siches es, en parte, una respuesta a lo anterior. La apresurada visita a Marcelo Catrillanca (padre del Weichafe Camilo Catrillanca), fué un ingreso de forma imprudente y descuidada al territorio de las comunidades de Temucuicui, siendo repelidos por un auto-barricada en un puente de madera y otra camioneta que les bloqueó el paso por atrás, al mismo tiempo que a la distancia se disparaba al aire y se gritaba.

Las comunidades rechazaron la intromisión del gobierno burgués y éste enseguida respondió criminalizando, poniendo a la misma altura las vidas arrebatadas de mapuche con las casas de colonos quemadas, anunciando “mayor presencia del Estado” (todes sabemos qué significa eso) y enviando a la policía militarizada al territorio en cuestión de horas.

Durante la campaña presidencial, e incluso hoy, se habla de diálogo, acuerdos y paz, sin embargo intentan ingresar a un territorio sin hablar con la autoridad correspondiente, demostrando total falta de respeto por la autonomía de la comunidad y sus representantes. Todo esto mientras desde el oficialismo se niega la existencia de presxs políticxs mapuche, con dichos del subsecretario del interior Manuel Monsalve (PS) asegurando una continuidad del negacionismo y los intereses económicos de las forestales en el Wallmapu.

Por otra parte, se encuentran las demandas económicas del pueblo chileno, una de las más sentidas son las pensiones. Ya en más de una ocasión, el actual presidente y sus consejeros han tachado de descabellada o cuando menos apresurada la eliminación del sistema de AFP. Está claro que un mecanismo de financiamiento tan importante para la burguesía no puede suprimirse a través de un gobierno burgués. Sin embargo, mucho se ha comentado dentro del bloque en el poder de avanzar a un sistema de reparto. Al parecer, lo “descabellado” se encuentra en confiar en su compromiso con la clase trabajadora en desmedro del financiamiento de los grandes capitales.

Respecto a la ecología y medioambiente, es innegable que es una chapa que se ha puesto el gobierno. Habla de ser amigable con el medioambiente, transformar el agua en un bien público, firmar el tratado de Escazú e incluso el símbolo de la campaña es un árbol. Nos preguntamos, ¿Se detendrá, aún parcialmente, la depredación capitalista del medioambiente? ¿Las catástrofes ambientales las seguirá padeciendo el pueblo? ¿En qué parte del mundo transformar el agua en un bien público ha evitado su saqueo y contaminación? Nuevamente, constatamos que los cambios son estéticos, más no sustantivos.

El nuevo gabinete del actual presidente Gabriel Boric cuenta por primera vez con dos personas abiertamente LGBTQIA+: el profesor, Marco Antonio Ávila como Ministro de Educación, y Ministra del Deporte Alexandra Benado, identificados como gay y lesbiana respectivamente. Esto, como la paridad en el gabinete, se mediatiza como una avanzada progresista, pero ¿qué avance representan realmente? Alexandra Benado tiene antecedentes de denuncias por maltrato y abuso laboral a trabajadores de Londres 38. Por otra parte, Ávila trabaja como jefe de proyectos de la Fundación Chile, la cual fue fundada en dictadura militar y promociona el financiamiento público a empresas privadas que lucran con ésta y promueve el modelo neoliberal en el sistema educacional. Mientras tanto, nada se ha referido el gobierno, ni siquiera en promesas al aire, a las problemáticas reales que enfrentan las disidencias sexogenéricas. En derechos civiles, el programa de gobierno durante la candidatura se refirió sólo al matrimonio igualitario, que es ley desde diciembre de 2021; tampoco se ahondó en otras áreas, como el acceso a la salud. Aunque tengan a personas que representan una diversidad en género y orientación sexual, esto no asegura ni resuelve absolutamente nada, sólo es un maquillaje de inclusión sin transformaciones de fondo.

En relación a derechos sexuales y reproductivos, hace algunos días se aprobó en la Convención Constituyente el derecho de las personas “a decidir de forma libre, autónoma e informada sobre el propio cuerpo, sobre el ejercicio de la sexualidad, la reproducción, el placer y la anticoncepción”. Sin embargo, se insta a celebrar el aborto libre, cantando victoria para posicionar esto como un súper logro, cuando realmente no hay leyes orgánicas ni políticas públicas concretas. En adición, tampoco se han subsanado las limitaciones significativas de la ley de aborto en tres causales. La objeción de conciencia, la inaccesibilidad al procedimiento en algunos territorios, el trato vejatorio, los protocolos revictimizantes, la desinformación y la desconfianza en las personas que deciden sobre su gestación.

Es probable que, si no se lleva una lucha frontal contra el gobierno y los sectores reaccionarios, se repliquen las mismas situaciones en una posible ley orgánica de aborto libre.

Además, este gobierno en particular ha usado como caballo de batalla de forma constante el feminismo para parecer coherente con el movimiento. Sin embargo, lo único que hace es institucionalizar el feminismo, cooptar y asimilarlo. El único supuesto avance aquí es en el acceso a puestos de poder, es decir, contamos con una gama más diversa de personas en el poder que acceden a dominar y explotarnos.

En cuanto a la prisión política, durante la semana anterior se anunció que se levantarán 139 querellas de Ley de Seguridad Interior del Estado (LSE) asociadas a la revuelta. Sin embargo, esto no es suficiente. Las querellas por LSE durante la revuelta fueron más de 300 y cumplen el fin de endurecer las condenas a quienes osaron desafiar este sistema. Muchas de ellas, por no tener fundamento, se han ido retirando con el tiempo, así quedando claro que el verdadero mecanismo de represión judicial es la ley de control de armas (la cual fue modificada para estimular la delación, incluir nuevos delitos y asegurar la cárcel efectiva para quienes llevan adelante determinadas formas de lucha), la ley “antibarricadas” y “antisaqueos”. La LSE sólo era útil para endurecer condenas, acceder más fácilmente a la prisión preventiva como castigo anticipado y dar más castigos ejemplares, pero sobre la base de otras imputaciones por delitos “comunes” que se mantienen en pie. Otra vez, un mero gesto que concretamente no dejará a nadie en libertad.

Los partidos del gobierno son una coalición entre la Concertación (padre político de este proyecto) y Apruebo Dignidad, siendo el PS el partido bisagra que logra articular la vieja y nueva Concerta. Un claro signo de esto, son los nombramientos de Maya Fernández en el Ministerio de Defensa y a Carlos Montes en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. En este sentido, es importante señalar que el timonel del PS fue nombrado presidente del Senado tras pactar con la derecha (UDI y Evópoli), mostrando que la articulación que le provee el Partido Socialista al gobierno es tan amplia que abarca hasta la UDI. Si bien las caras renovadas y jóvenes del Frente Amplio buscan insinuar una nueva forma de hacer política, los pactos que ha demostrado su coalición de gobierno se quedan en más de lo mismo.

Entonces, ¿cuáles son las intenciones de la socialdemocracia y el socioliberalismo? Las mismas de siempre: desmovilizar al pueblo y cooptar la organización popular para devolver las condiciones de gobernabilidad necesarias para perpetuar el capitalismo, patriarcado, colonialismo y extractivismo. El “mal menor” podría ser, ni tan a la larga, no menor.

Después de esto nos preguntamos, ¿si todo esto es simbólico, entonces cuál es el camino de lo sustantivo? Pues no queremos inventar la rueda y la experiencia histórica es clara: solo la organización del pueblo y la dirección que este puede dar a su propia historia es el camino. No nos cabe duda que sectores importantes del pueblo no se dejarán engañar.

¡La autonomía popular es el camino!

¡Contra el capitalismo y el patriarcado, feminismo de clase, disidente y combativo!

¡Autogestión de la vida para resistir la barbarie!

¡Contra la vigilancia y el Estado carcelario!

¡Revuelta contra toda forma de opresión, dominación y explotación!

¡Por el comunismo y la libertad!

★ LIBERACIÓN ★

Marzo 2022

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