De los cuerpos celestes (o, aprendizajes de la Conferencia Mundial de Juventudes)

Entre el 3 y el 5 de noviembre de este año, tuvimos la ocasión de participar, como Liberación, en una conferencia que podemos decir tuvo un carácter histórico. La primera Conferencia Mundial de las Juventudes reunió a más de 400 personas de 95 organizaciones, movimientos y partidos, representando a 45 países de todos los puntos del globo. Fue una ocasión de encuentro, reunión y convivencia, donde la lucha fue algo que hablamos, respiramos, comimos y bailamos. Donde afloraron discusiones críticas y estratégicas; donde tuvimos la ocasión de aprender de la trayectoria histórica y actual de decenas de movimientos y pueblos, cada cual aportando a nuestra comprensión del sistema-mundo en el cual se desenvuelven nuestras luchas.

A quienes conocen bien la historia, esta experiencia les puede estar haciendo eco con un pasado no muy distante. Comparte notas y ritmos con una instancia similar de hace casi sesenta años; estamos hablando, por supuesto, de la Tricontinental de 1966. Pues claro, la relación entre la una y la otra es algo que queda plasmado en la declaración de principios compartida el 5 de noviembre en Paris, donde se destacaron nuestros amplios acuerdos de enfrentarnos al capitalismo, el patriarcado y el colonialismo; las juventudes de hoy están heredando el legado de 1966. Si la Tricontinental dinamizó una etapa de colaboración en las luchas mundiales, entonces la Conferencia Mundial de Juventudes busca este mismo fin: el hermanamiento de las luchas y la sintonía que logra potenciarnos. Justamente, la instancia permitió la confluencia de una gran parte de las luchas que se están llevando a cabo a nivel mundial, brindándonos la oportunidad de generar alianzas a nivel global, regional y local.

Es en este marco que buscamos aportar, humildemente, con nuestros aprendizajes principales sacados de esta conferencia.

I. Un sol sobre las montañas

El amanecer de la conferencia comienza con un impulso soleado desde las montañas del Kurdistán, territorio ancestral del pueblo kurdo actualmente fraccionado con esas cicatrices en la tierra llamadas fronteras entre cuatro Estados: Turquía, Siria, Irán e Irak. En todos estos Estados, el pueblo kurdo se encuentra en situación de minoritización étnico-religiosa. La discriminación y persecución a la cual se enfrenta varía según el Estado que esté a cargo de imponer la hegemonía cultural en ese territorio, pero sin duda quien más sangrientamente persigue al pueblo kurdo es el Estado turco.

El desarrollo del aparato represivo en Turquía, una violenta orquesta conducida por el presidente Erdogan (fundador y líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que gobierna en conjunto al Partido de Acción Nacionalista (MHP)), es el vivo ejemplo de militarización y fascismo que actúa en servicio al delirio de restaurar el Imperio Otomano, persiguiendo, encerrando, asesinando y desterrando a la rebeldía que crece y se poliniza en su territorio. En Turquía, el movimiento Kurdo cuenta decenas de miles de personas en prisión política, dentro de las cuales se encuentra Abdullah Öcalan, dirigente del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) e ideólogo de gran parte de las ideas revolucionarias del movimiento Kurdo que existe actualmente. Estas personas están sometidas a brutales regímenes carcelarios. En particular, Öcalan se encuentra en aislamiento absoluto desde hace casi tres años.

Bajo la nube de esta opresión penetra la luz de un movimiento que promete un mundo nuevo y el calor de la esperanza. El movimiento kurdo se plantea un proyecto que rompe con el esquema de la liberación nacional, pues no posiciona ya la necesidad de la custodia de un Estado ligado a la etnia; más bien, el movimiento kurdo visa el desarrollo de un territorio liberado donde conviven distintas tradiciones culturales bajo la cooperación, el apoyo mutuo y el asambleísmo, en una conformación llamada Confederalismo Democrático. Además, la lucha anti-patriarcal toma un rol preponderante en este proyecto, bajo el parámetro que se llama jineologie, o la ciencia de las mujeres; para el proyecto revolucionario kurdo, la liberación del pueblo es inimaginable sin la liberación de las mujeres[1]. En una región donde la expresión del patriarcado ve algunas de sus formas más crudas, esto es sin duda un desarrollo práctico-teórico destacable del cual hay mucho que aprender.

Este es el sol que amanece sobre los montes de Qandil.

II. Luna nueva en el horizonte mundial

La crisis del capitalismo se remueve como las olas que se revuelcan en el mar en una noche sin luz. La ruptura de la hegemonía unipolar de Estados Unidos crece más y más cada atardecer, generando conflictos que manchan las playas con sangre en las regiones de mayor interés económico-militar para las distintas potencias, ya sean emergentes o decrecientes. Aquí podemos permitirnos tomar prestada una expresión de nuestroas hermanoas zapatistas: la hidra capitalista asoma sus cabezas en los distintos rincones del mundo.

Entendemos como nuestras luchas van rimando en su composición. Somos pueblos que nos alzamos en contra de los intereses del capitalismo que busca extraer todo lo que nos da vida, y los Estados que nos dominan crecen en capacidad militar para lograr sofocar nuestra resistencia. Vemos que van más de dos años de estado de excepción en el Wallmapu para intentar frenar la liberación mapuche que recupera sus tierras de las manos de las empresas forestales; vemos que las fuerzas de liberación de las Filipinas se enfrentan ya no solo a un Estado controlado absolutamente por los EE.UU. sino que a los crecientes intereses militares y extractivos de China en el Pacífico-Sureste; vemos la simbiosis letal del proyecto sionista con las ganancias de la industria armamentística.

Vemos como, de igual manera y en todo el globo, nos encarcelan, nos matan o nos desaparecen de forma sistemática por enfrentarnos a la bestia del capital y a los distintos [super]poderes que se disputan el puesto de ser su borrego predilecto. Vemos como, a pesar de como la hidra capitalista hace eco en las olas, afloran y crecen las expresiones de resistencia y lucha.

Late la crisis, y la luz de la luna nueva se ve tenue en el horizonte.

III. Las constelaciones de Abya Yala

En la noche oscura, la vía láctea resplandece sobre los pueblos del Abya Yala. Si bajo la luna nueva vemos como riman las luchas en el mundo, pues en Abya Yala hacen mucho más que rimar.

Nuestros enemigos tienen un mismo esqueleto. Su espina dorsal es, por supuesto, el capital mundial, respaldado mayoritariamente por los Estados Unidos pero cada vez con más intereses de otros superpoderes (¡Cariños desde China al “triángulo del litio”!). Protegiendo los órganos delicados está la caja torácica, es decir, una serie de gobiernos (que generalmente alternan cosméticamente entre la derecha fascistoide y la “izquierda” progresista) que mantienen una línea represiva in crescendo y una línea económica que da carta blanca absoluta a los poderes de la espina dorsal. Por último, los veintisiete huesos de la mano cuentan con mayor o menor fuerza y articulación según el territorio, pero corresponden a las fuerzas del narco, que simultáneamente trabaja con y disputa el poder de los gobiernos de la caja torácica. Esta mano le pega duros golpes a los movimientos populares, quitando terreno a nivel físico y también de consciencia.

Entonces, el esqueleto de nuestro enemigo el mismo, pero de igual manera nuestras estrellas – soles dentro de sus propios sistemas – brillan del mismo color. Hemos visto como en distintos pueblos se repiten algunos patrones clave de resistencia. Hace años que se constituyen fuertes y ejemplares movimientos anti-patriarcales a lo largo de Abya Yala, que han llegado a ser muy transformadores a nivel de la consciencia social y en muchos casos también han logrado importantes conquistas reivindicativas. Por otro lado, vemos focos de luchas muy álgidas y en varios casos muy avanzadas contra el extractivismo, principalmente por parte de los pueblos indígenas del continente, ocupando formas similares de auto-organización, acción directa y sabotaje.

En Abya Yala, son muchas las estrellas que brillan esta noche.

Conclusiones, o el son del cielo

En esta conferencia aprendimos del sol, la luna y las estrellas, y ahora el viento que se mueve en el cielo acarrea el sonido lejano de un rugido. Mientras se avecina, tomamos la oportunidad de ver lo que nos sugieren los cuerpos celestes:

  • Las estrellas brillan más cuando brillan juntas. Si nuestros enemigos y nuestras luchas comparten tantos rasgos de base en los distintos territorios de Abya Yala, entonces debemos entender, urgentemente, nuestras luchas como hermanas. Más aún, debemos generar esa hermandad en la práctica a través de mayor articulación y sintonía.
  • No podemos ignorar el sol, menos cuando tanto promete y tanto impulsa. Por ende, nos parece necesario considerar al movimiento kurdo como un aliado estratégico en las luchas hermanadas de Abya Yala, y seguir solidarizando, aprendiendo y contactándonos con él.

[1] La política anti-patriarcal del movimiento kurdo va específicamente enfocada a la liberación de las mujeres, y no hay mención de expresiones sexuales y de género fuera de la cis-hetero-norma. Aquí nos permitimos hacer el alcance de que, como Liberación, nos parece difícil conceptualizar una lucha anti-patriarcal que no incluya de forma protagónica a estas expresiones.

¡Libertad para Abdullah Öcalan y todas las personas en prisión política en el mundo!

¡De la cordillera de los Andes a los montes de Qandil, los pueblos avanzan!

¡Autonomía y territorio!

☆ LIBERACIÓN ☆

Noviembre 2023

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